Smash (2ª temporada) - NBC

Hemos visto muy poco, la verdad, de esta segunda temporada de Smash, y aún así puedo decir que me parece completamente razonable que se esté rumoreando por la red sobre su próxima cancelación. Por ahora, al menos, la serie ha sido desplazada de su horario de la noche de los jueves a la de los sábados. Debido a que solo hemos visto 5 o 6 capítulos antes de decidir abandonarla, esta reseña será muy breve; y debido a lo malos que eran los capítulos... será bastante cruel.

Eileen, escritor sosainas, pianista/cantante, prota insoportable (Karen), Derek, ¿negro misterioso?, Ivy, bailarina cachorra con cara de pilla, Tom, Julia y negra que no importa a nadie pero canta genial

¿Por qué, NBC, qué te hemos hecho?

Decían que las tramas personales de Smash eran horribles. Puede ser, la verdad es que era algo que a mí me pasaba casi disimulado. La veía más por el espectáculo y la música, donde sinceramente me parece que era sobresaliente, y la posible mácula de unos personajes con trasfondos pobres me resultaba, casi, irrelevante. En esta segunda temporada, supongo que por el cambio de showrunner, de Theresa Rebeck, que venía de hacer obras en Broadway, a Joshua Safran, productor ejecutivo de Gossip girl todo eso cambió. Supongo, por lo que se respira con el cambio, que la idea era dar mayor carga a las tramas personales, hacerlas más intrigantes, más atractivas... o algo así, pero el resultado fue bastante desastroso.

¿Y cuál fue el resultado? El resultado fue que la música pasó de ser genial a ser aburrida salvo contadísimas excepciones, normalmente a manos de los dos tipos del piano y el bar cutre; y las tramas personales siguieron siendo igual de forzadas, insulsas y carentes de interés. ¿Las consecuencias? Muy obvias: coñaaaazo.

Ni su nueva intro de «ahora sí que molamos», ni la eliminación de algunos personajes que claramente sobraban (como el marido de Julia) y a los que no supieron dar carpetazo en la primera temporada han conseguido que el ritmo no-musical de la serie mejore. Las idas y venidas de Jerry (el exmarido de Eileen resultan cargantes). Puede que con otro guión pudiese ser un buen villano, pero en ese punto entre los caprichos y la estupidez es más bien ridículo. Karen sigue siendo una insoportable a la que muchos espectadores creo que solo quieren ver bajo un autobús, seguramente un autobús de la estelar gira de Ivy Lynn, y el tener una protagonista tan aburrida es algo que, sin duda, ha jugado siempre en contra de la serie, pero que en esta temporada, sin una buena banda sonora que lo disimule es ya flagrante.


Nota: 3. La mayor parte es infame. Salvado ligeramente por una fotografía y unos actores (algunos) que siguen desempeñando su trabajo con ciertas ganas (de hecho creo que Jack Davenport tiene la escena más lucida de la serie en estos capítulos que hemos visto; y Angelica Houston y Christian Borle siguen siendo geniales), el resto de lo que esta temporada parece tener para ofrecer a su espectador es entre soporífero y nauseabundo. Musicalmente destacan algunas de las canciones de los chicos del bar, el resto... Mal, mal, mal.

Otras temporadas de Smash:
Primera.

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