Pulseras rojas (2ª temporada) - TV3

El grupo de los Pulseras se ha roto. Jordi no ha vuelto al hospital a visitar a los que quedaron ingresados, Cristina, tras romper con Lleó, se ha ido a estudiar a Toulouse e Ignasi murió dejando un hueco imposible de llenar. Toni ha conseguido un trabajo como celador en el hospital, por lo que pasa mucho tiempo allí y Roc, como el Imprescindible que es, sigue visitando a Lleó siempre que puede.




Tras la primera temporada, cogí con muchas ganas la segunda de esta serie. Había leído que no era tan buena como la primera pero estaba más que dispuesta a permitirle una pequeña caída de la calidad. Pero lo del primer capítulo... eso no me lo esperaba. Con diferencia, el peor de toda la serie: lento, aburrido y desbordante de relleno. ¿Se salva el resto de la temporada? Más o menos. ¡Dentro reseña y cuidado con los spoilers de la primera temporada, que andan sueltos!


Los personajes, ¿cómo están nuestros chicos?

- pues no muy bien porque en el segundo capítulo, los tenemos a todos de vuelta en el hospital. Lleó está peor que nunca, Jordi tiene un bulto en la axila... Parece que el grupo de las Pulseras Rojas está condenado a ser unido sólo en la desgracia.
De todos los personajes, el único que ha sufrido un gran cambio es Jordi. Jordi sale del hospital y vuelve a la rutina, a un mundo hostil en el que haber tenido cáncer lo hace diferente, al contrario de lo que pasaba con las Pulseras. Le cuesta adaptarse y su forma de pasar página es abandonar al resto del grupo a su suerte. Al menos hasta que es ingresado de nuevo. ¿Sobrevivir solo a una estancia en el hospital? No parece una gran opción. El resto de pulseras no cambian demasiado: Cris sigue siendo sensible y excesivamente dependiente, Roc está dispuesto a todo por el grupo, Lleó no ha sido capaz de controlar sus ataques de ira, Toni se preocupa constantemente por el resto, e Ignasi... Ignasi vuelve para hablar a través de Jordi, un Ignasi que actúa como un Pepito Grillo, guiándolo para que recupere el sentido común.



Nuevos ingresos en el hospital:

- Toni, que ahora es celador, trabaja en el ala infantil del hospital. A través de Toni conocemos tres niños con diferentes enfermedades que idolatran a los Pulseras gracias a las historias que Toni les ha contado. Dani, Mariola y Lucas no acaban de cuajar, entre otras cosas, porque no sabemos nada de ellos. Conocemos sus enfermedades y que son grandes fans de los Pulseras Rojas... y ya.  Es imposible cogerles tanto cariño como a los Pulseras porque a penas sabemos nada de ellos. Una pena.
Menos mal que tenemos a Rym, la compañera de habitación de Lleó. Es una chica fuerte y con ganas de luchar contra su cáncer de mama. Conocemos a su familia, la escuchamos con voz propia... de lo mejor que nos ha traído la temporada. Adoro a este personaje.

Los actores:

- Álex Monner ha tomado clases de interpretación y se nota. Recuerdo lo mucho que me quejé de su interpretación la temporada pasada pero en esta lo hace razonablemente bien. Joanna Vilapuig, por contra, parece haberse quedado estancada. Esperaba mucho de ella porque era de lo mejor de la temporada pasada y empieza a preocuparme. El resto de los chicos lo hacen bien, incluso los más pequeños.
Mi única queja es Marc Balaguer pero interpreto que es más por exigencias del guión que por iniciativa propia del actor. Parece continuamente sobreactuado y es una pena porque el chico actúa realmente bien.



El guión:

- o cómo hacemos mal lo que antes habíamos hecho bien. 
Para empezar, tenemos los capítulos de relleno. Dos capítulos enteros que podrían haber quedado en uno solo quitando todas las partes sobrantes. La historia de Benito es importante y todo eso pero no hace falta dedicarle un capítulo entero y menos cuando otras partes de la trama parecen mucho más urgentes e interesantes. 
Otro fallo es que la trama de los niños no acaba de cuajar. Vale, son pequeños, muy monos y están enfermos... pero no acaba de funcionar. Si con Rym lo hicieron tan bien, ¿qué pasó con esta parte de la trama?
Tercer error: la falta de continuidad en algunas tramas. Si echamos a Mercero por los recortes, lo echamos. Que un presidiario secuestre a parte de los pacientes no implica que deje de haber recortes. Pero al capítulo siguiente nos hemos olvidado del despido de Mercero y lo vemos tranquilamente paseando el resto de la temporada. Pues muy bien. 
De la no-novia de Roc tampoco volvemos a saber nada, es la reina de las tramas inconclusas. Roc la visita, dice que está enamorado de ella y ya está. Fin de temporada y no pasa nada. Tampoco Cris, que ha pasado tiempo con ella, hace ninguna referencia a ella, ni siquiera con Roc. Increíble pero cierto.
Cuarto y último error: "Pulseras Rojas" no es, ni nunca lo ha pretendido, una serie musical. Pero en la segunda temporada se les ha olvidado y tenemos minutos y más minutos de escenas sin diálogos en las que escuchamos música y ya. Conste que en el primera temporada fui muy fan de cómo usaban la música pero en la segunda alguien se ha desatado con este tema y nadie puso remedio. 

A pesar de todos los errores y del descalabro del primer capítulo, estoy contenta de haber visto esta segunda temporada. Ha conseguido emocionarme como la primera, he llorado como una tonta capítulo tras capítulo y he recuperado el amor por los personajes. "Pulseras Rojas" ha perdido pero aún conserva parte de la esencia que hizo que te recomendara la primera temporada.



Momentazos:
- el ángel. Este personaje es una maravilla y cada vez que la vemos aparecer Carlos y yo sonreímos. Ese aire siniestro a la par que angelical es fantástico. 
- la madrastra de Ignasi embarazada y este haciendo todo lo posible por ayudarla. El Ignasi fantasma es mucho mejor que el Ignasi vivo, las cosas como son.
- ¡Benito no era el guapo de su grupo, era el líder! Me pareció un detalle genial. Y el hermano, un personajazo.


- Rym. Una mujer joven con carácter, madura, responsable y que sabe lo que quiere. Muy diferente al aire aniñado que aún tienen muchos de los pulseras y una forma de ser muy diferente a la de la frágil Cristina.

Para terminar, y ya que esto se ha comentado mucho en internet y tienen razón. Esta temporada transmite una insoportable sensación de desesperanza: Cris tiene una fuerte recaída de la anorexia, Jordi teme que le tengan que amputar un brazo al igual que hicieron con la pierna y Lleó... tiene 3 cánceres. Y Roc no sabe como relacionarse con el resto de personas tras el coma, por no hablar de las secuelas que tiene. Es desesperante, no parece haber lugar para la esperanza.

Nota: un 6. He dudado mucho sobre la nota porque no tenía claro cuánto había perdido desde la temporada pasada. Tras recordar la montaña de pañuelos de papel usados que producía con cada capítulo, un punto menos es lo justo. 

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