It - Stephen King


Corre el año 1958 y en Derry algo (llamémoslo «Eso») se dedica a matar niños. Hay cuerpos descuartizados y la población está aterrorizada. En este contexto conocemos a «los perdedores», un grupo de amigos que intenta sobrevivir a los matones del colegio y a lo que sea que está matando niños.


Corre el año 1985 y algo se dedica otra vez a cazar niños. Y siete adultos vuelven a Derry para enfrentarse otra vez con Eso. Porque prometieron cuando eran niños que así lo harían: volverán a enfrentarse al terror y, esta vez, acabarán con él de una vez por todas.

«Sé leal, sé valiente, aguanta. El resto es oscuridad.»


A lo largo de 1500 páginas seguimos las aventuras de este grupo de amigos en esas dos épocas; pero «It» no va tanto del enfrentamiento con Eso como de todo lo que rodea a este. En el Derry de 1958 se hace mucho más hincapié en los problemas de los niños, en cómo se forja una amistad y en cómo se lidia con la pérdida o con un padre violento que con el monstruo. Del mismo modo, en el Derry de 1985 hay un mayor esfuerzo por hablar de las promesas, de una visión adulta de la amistad, de la lealtad y del amor que de la lucha contra el monstruo. Pero Eso es la causa y el motor de todo. Cuanto pasa tiene la sombra del monstruoso payaso de fondo… y a veces no tan de fondo.


En sus páginas nos encontramos muchas cosas, pero sobre todo nos encontramos el mar de paja, el océano de paja, el universo de paja con que Stephen King llena It: con anotaciones sobre el amigo del amigo de tal personaje y sobre el ejército en los años 30. Esto, que no es malo en sí mismo, se hace malo cuando no aporta nada a la novela ni consigue ayudar a definir a los personajes. Una gran parte de It parece figurar en la novela solo por el placer de hacerlo, por el lujo de hinchar el número de páginas.


El libro contiene muchos elementos típicos del buen Stephen King: el ritmo despiadado de algunos pasajes, la comodidad con la que se leen las páginas, de prosa sencilla; el trato de la violencia, los monstruos, Maine, un personaje escritor y determinados valores como la amistad y la lealtad. El grupo de amigos es ka-tet, o casi, y Bev es, en general, una pistolera. Todo eso es bueno. Pero la novela también tiene muchos elementos típicos del mal Stephen King: el material que apenas aporta nada, las escenas de sexo escabroso un poco metidas a presión, esas frases repetidas que parece que deberían quedar bien pero que a veces quedan un poco de discurso facilón de película de Nolan (ups, perdón), etc.

It se deja leer con cierta gracia, pero no entiendo qué magia desata en esos fans abnegados que la consideran una obra maestra del género y uno de los mejores ejemplos de la narrativa del señor King, quien sin duda ha entregado escritos más redondos. En esta ocasión cumple, y por momentos entretiene, pero no llena.

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