Altered Carbon (Temporada 1) - Laeta Kalogridis


Altered Carbon llegó a Netflix el 2 de febrero en mitad de una considerable campaña publicitaria: vídeos promocionales, carteles por, al menos, todo Madrid; insistentes autorreproducciones al acceder a la plataforma… Teníamos claro que se trataba de la apuesta fuerte entre sus series de 2018 y la idea prometía.

Hay una ligera inspiración bladerunneriana en Altered Carbon. Sutil, casi imperceptible, pero está ahí.
© Netflix
Me llamo Tak, detective cyberpunk
Altered Carbon se desarrolla en el siglo XXV, en un mundo cyberpunk en el que la experiencia vital ya no acaba con la muerte, o en el que la muerte como tal ha sido superada. Ahora, las consciencias humanas se guardan en pilas que se instalan en fundas corporales personalizables.

En este contexto, el millonario Laurens Bancroft (James Purefoy) acaba de volver a la vida tras su asesinato y quiere que alguien investigue el caso. Para ello hace resucitar a Takeshi Kovacs, último miembro de los Enviados (un grupo militar de fuerzas especiales), en el cuerpo del policía Elias Ryker (Joel Kinnaman).

En ese ambiente oscuro y plagado de extremos, donde los ricos viven en palacios sobre las nubes y los pobres en oscuros callejones bajo las luces de unos coloridos pero tétricos neones, y donde unos sobreviven en las fundas ruinosas que les dan en los hospitales frente y otros en los cuerpos mejorados y los clones; Kovacs investigará el caso seguido muy de cerca por la suspicaz teniente de policía Ortega (Martha Higareda).

Del soso de Kovacs a Edgar Allan Poe
El reparto de Altered Carbon me pareció bastante irregular desde el principio. A veces tirando a sobreactuado, como Dichen Lachman, Matt Frewer o el matrimonio Purefoy, y otras de un inexpresivo insoportable, como Kinnaman.

Higareda.

Hay algunos personajes que resultan más o menos interesantes, unos por dramáticos, otros por divertidos, y sus actores consiguen lucirse algo más. Mis favoritos fueron Edgar Allan Poe y la teniente Ortega.

Admito que Ortega tardó un poco en gustarme. Aunque sus saltos idiomáticos son forzados hasta la exasperación, es la que más ganas le pone. La teniente es seria y fría, pero también pasional; es fuerte y está entrenadísima, pero tiene sus puntos débiles; es independiente y astuta, pero también tiene detalles con los que se obceca y le hacen cargar irreflexivamente; y Martha Higareda es capaz de exprimir todas esas capas. Aun pasándose a veces un poco de frenada, a menudo es es lo mejor que ofrece el reparto.

Conner.
Poe es un personaje simpático que, para bien o para mal, está desesperado por gustar a Kovacs, lo que hace que su exagerado esfuerzo por caer bien esté bien integrado en la trama. Es la IA a cargo del hotel El Cuervo y está interpretado por un Chris Conner que capta toda la simpatía, la dependencia esperable de una consciencia que vivió demasiado tiempo aislada, el deseo de gustar… pero también a ese sabio inhumano (y a su manera sobrehumano) que siempre ofrece un apoyo. Buen personaje y estupenda interpretación.

3, 2, 1. Acción
Pese a que los entresijos de la serie se presten a mil reflexiones profundas e interesantes, pese a que su universo tenga cientos de intrincados caminos por los que perderse y deleitarnos, Altered Carbon es muy mecánica. Tiene unos intereses muy básicos y casi cualquier complejidad que insinúa se basa más en la torpeza de su planteamiento y su desarrollo que en su profundidad.

En general, la serie se pasa de sencilla. Las escasas reflexiones sobre clasismo y machismo son toscas, casi tan directas como las secuencias de acción. No parece que los personajes piensen o que tengan un entramado psicológico real. Altered Carbon se hace la ambiciosa pero es un producto tremendamente básico en su fondo.

¡Es el Águila Roja, cuidado!

En cualquier caso, no parece importarle, porque va a lo que va: Altered Carbon es un producto lleno de escenas de acción, que incluyen tiroteos y peleas a puñetazos o espadazos, persecuciones y asaltos; todo ello repleto de luces de diversos colores, filtros, maquillajes imposibles y efectos digitales. Tiene un aspecto realmente impresionante; pero sus secuencias de acción, como ya me pasó con las de la celebrada Daredevil, me dejaron algo frío. Están bien, claro; pero al mismo tiempo no me puedo quitar de la cabeza que «están bien para ser una serie». El mundo de ficción televisiva ha dado pasos gigantescos y ahora muchas series miran de igual a igual a grandes películas… pero las secuencias de acción, con alguna excepción muy honrosa, como las escenas más apabullantes de Juego de tronos, siguen siendo pálidas sombras de lo que podemos ver en el cine.

El giro de Nora Inu
No siempre, pero a veces podemos indicar con precisión cuándo el desastre empezó a soplar sobre el castillo de naipes que es toda narración. Altered Carbon tenía sus más y sus menos: a veces se pasaba de lenta y siempre era un poco tosca de más… pero entonces llegó Nora Inu, el séptimo episodio.

El interminable y frágil puente como metáfora de todo el episodio. Una genialidad.

Dedicar un capítulo entero a un flashback es una decisión arriesgada, dedicarle tu capítulo más extenso… quizá sea un error. Hacerlo repitiendo un montón de escenas es un desastre. Nora Inu presenta a un personaje que va a tener gran relevancia en los siguientes episodios, pero difícilmente podría hacerlo peor. El capítulo es eterno, monótono y torpe. La cantidad de material repetido hace que el interés se resienta, el hecho de que no avancen nada (y cuando digo nada es nada) la historia que teníamos entre manos durante los seis episodios anteriores genera una insoportable impresión de relleno… pero lo peor de todo es la sensación de que dedicar esos 65 minutos a Raileen no tiene ningún sentido.

Raileen es un personaje que hace constantes equilibrios sobre el más descabellado de los absurdos. Sus diálogos y sus ideas carecen a menudo de sentido, su presentación está hiperdimensionada y casi es mejor olvidar sus relaciones con el resto de personajes. Es un verdadero desastre. Nora Inu es, probablemente, lo peor que vi en lo que va de año, y Raileen, un personaje horroroso, olvidable y totalmente prescindible.

Conclusión
Altered Carbon es una serie con un ambiente llamativo y, a su manera algo simplista, evocador; pero muchas veces parece que sus guionistas hayan hecho todo lo posible para que lo olvidemos, como si la intriga que subyace estuviese sobreviviendo a duras penas a sus pueriles intentos de cargársela. Es una de esas series en las que parece que todo podría y debería molar más, que debería estar más cuidado.

Lo mejor que se puede decir de esta primera temporada es que, con todo presentado, una segunda entrega podría explorar ese fondo interesante que ahora se sobrevoló sin ningún acierto; pero esta primera temporada en sí es bastante chapucera… y totalmente olvidable.


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